viernes, 26 de noviembre de 2004

AEROLINEAS ARGENTINAS ESTARIA OCULTANDO SU QUIEBRA

Esto es lo que fue denunciado ante la Subsecretaría de Servicios Financieros, representada por el doctor Guillermo Zuccolo, este 22 de noviembre. La grave acusación la hizo el ingeniero Edgardo Carranza, un experto en legislación y aeronáutica y conocedor del proceso de privatización que entregó la empresa argentina a capitales españoles.

Recientemente, dos informes de prensa resaltaban que 'Aerolíneas moderniza su flota con la incorporación de nuevos aviones'. Bajo este titular fueron publicados sendos artículos en El País, de España, el 10 de octubre de 2004 y luego en INFOBAE el 11 del mismo mes.

Pero el ingeniero Carranza dudó, hizo una investigación y llegó a estas conclusiones: 'Esto resumiría una nueva maniobra para disfrazar la crítica situación que vive la compañía en lo referente a la flota declarada como propia'.

Se basa en varios hechos

El primero es que la empresa habría dibujado una enorme sobrevaluación de sus activos patrimoniales con varios objetivos, todos de carácter doloso. Y en el mejor de los casos, dudoso. 'La diferencia entre el Pasivo y el Activo sería de un valor tal que el patrimonio neto resultaría negativo en un valor cercano a los $ 500.000.000', asegura.

Las cuentas realizadas y presentadas por el ingeniero ante el Gobierno y la Justicia, le indican que 'Esto nos llevaría directamente a considerar que el Patrimonio Neto de la compañía se reduciría a $ 56.165.000'. Esto, en su opinión, debe ser suficiente para que Aerolíneas Argentinas sea considerada en 'en virtual estado de quiebra frente a un pasivo de $ 1.621.654.885', señala la fuente.

Esta presunta maniobra financiera seria más escandalosa, porque, el experto aeronáutico, dijo que 'las Unidades principales también se encontrarían sobrevaluadas (de $ 310.287.924 se reducían a un valor menor a los $ 200.000.000)'.

La pequeña historia

Esta denuncia tiene su pequeña historia, inclusive literaria. En 1992 el piloto y contador Julio Semería detectó irregularidades similares. Lo contó en un libro escrito por Mabel Thwaites Rey, titulado 'Alas Rotas'. En el estudio realizado por el Comandante piloto se 'indicaba que en los primeros ocho meses de operación (de A.A. bajo administración española. NdeR), los nuevos dueños habían revaluado fuertemente los bienes de uso de Aerolíneas... su propósito era 'inflar' los activos para así poder cargarle a Aerolíneas el pasivo contraído para adquirirla y no poner a la empresa en quiebra técnica'... Recuerda Carranza que en varias oportunidades, los accionistas del Programa de Propiedad Participada denunciaron la irregularidad contable.

Lo mismo hizo American Airlines. Cuando la firma estadounidense se hizo parte de la Gerencia de AA, 'bajó esa valuación (que había alcanzado casi los U$S 900 millones) en unos U$S 400 millones'.

La fuente se pregunta por el silencio guardado 'por la Jueza del Concurso' y por 'los síndicos que la asistieron en la oportunidad'. Ellos pidieron que se fijen 'sus honorarios en función del Activo no corriente de la Compañía'.

Para Carranza, eso dejó abierta la duda sobre el monto percibido en sus honorarios. '¿Habrá influido esto en que los síndicos `no investigaran` sobre el verdadero valor de los Bienes de Uso y con ello del activo de la compañía?', se cuestiona la fuente.

La Flota que falta

Otro aspecto resaltado por el denunciante es la adulteración de datos en la composición y calidad potencial y real de la flota de Aerolíneas Argentinas.

Afirma: 'La actual flota de la compañía, compuesta por 50 unidades(*), permite un desarrollo limitado en el tiempo, ya que algunas de ellas requieren ser sustituidas para la mejora de costes operativos (combustibles) y conseguir relanzar la imagen de modernidad necesaria para el reflotamiento de la empresa'.

Sin embargo, 'la flota de la compañía estaba compuesta por 41 aeronaves' a pesar de que en la Memoria del Balance 200, se advierte que fueron devueltas en ese período 3 de ellas. Es decir, la flota en realidad era de 38 aeronaves. De ellas, 28 unidades 'tenían una edad promedio de 30 años y el resto una antigüedad cercana a los 10 años', recuerda la fuente.

Señala que 'El nuevo socio de Aerolíneas Argentinas prevé incorporar 23 unidades a la flota de aviones con la que actualmente cuenta la compañía, antes del 15.12. 2004', como parte de un 'Plan Industrial' incumplido por un total de 19 millones de dólares.

En una primera aproximación podemos ver que la Edad promedio de la Flota al 31.12.2003 era de 20 años, valor similar a la edad promedio de la flota a la presentación en concurso de acreedores de la compañía.

Al parecer, AA sigue esperando por la renovación de su flota, según cuenta el denunciante. 'AIR COMET SA se comprometió con la SEPI a incorporar, antes del 15 de diciembre de 2004, 23 nuevas aeronaves de largo alcance para modernizar la flota'. Estos reemplazos no se han realizado a la fecha del cierre del ejercicio 2003. Y recuerda: 'Y a la fecha de hoy tampoco'.

Según manifiesta el ingeniero, este 'fue el compromiso adquirido por los accionistas de Air Comet SA y Viajes Marsans'.

Aclaró que en esta sociedad participan Gonzalo Pascual Arias, Gerardo Díaz Ferrán y Antonio Mata Ramayo y operan mediante 'distintas sociedades: Transportes de Cercanías, SEGETUR, BUSURSA'.

Que alguien de la cara

Destaca en su carta que el Estado Nacional debe asumir la responsabilidad ejecutiva y política porque 'cuenta con la asistencia de la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial (autoridad aerocomercial) y la Dirección Nacional de Aeronavegabilidad del Comando de Regiones Aéreas de la Fuerza Aérea Argentina (autoridad aeronáutica)

Del contenido de tan grave denuncia pública recibieron copias el Presidente Néstor Kirchner, sus Ministros de Economía y Planificación, el Subsecretario de Transporte Aerocomercial, el titular de la SIGEN, la Auditoría General de la Nación, el Fiscal de la Oficina Anticorrupción, la Comisión de Transporte de Diputados, el Presidente de la SEPI, el Embajador de España en la Argentina y el mismísimo Rey Juan Carlos, quien se encontraba disfrutando de los actos por el III Congreso de la Lengua Española en Rosario.

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