lunes, 22 de marzo de 2004

"Usted odia nuestra libertad" (By Mundo Matero)

Por Gregorio Badeni - Para LA NACION

El terrorismo es un medio por el cual ciertos grupos fundamentalistas pretenden imponer sus ideas autoritarias. Es la violencia delictiva e indiscriminada que destruye la convivencia pac?fica en libertad y los m?s elementales derechos humanos. Sus v?ctimas son mujeres, hombres y ni?os inocentes que ignoran por qu? se viola su derecho a vivir. Su ?nica culpa reside en haber estado en el lugar y momento en que se produjo el atentado. .

El terrorismo no es espont?neo. Es un procedimiento org?nico y predeterminado, destinado a instalar un clima intenso e inasistible de temor. Un miedo que paraliza a la sociedad y la torna inerme para resistir el yugo que impone el fundamentalismo.

En las democracias, el terrorismo se repele mediante la leg?tima represi?n legal, por v?a de los hechos y de la acci?n judicial. La aplicaci?n de la ley, en orden a los efectos delictivos que acarrea el terrorismo y aquella represi?n, es funci?n de los jueces en el marco de un proceso donde cumplen todas las garant?as atinentes al derecho de defensa. La respuesta m?s s?lida al terrorismo es la vigencia de la ley que tutela los derechos humanos que se pretenden conculcar.
Los actos de los terroristas tienen una comprensible y amplia difusi?n period?stica, debido a la condena social que merecen. Pero no acontece lo propio cuando los autores de tan aberrantes hechos quedan sometidos a los jueces. Aparentemente, el inter?s recae sobre el vandalismo y no sobre su sanci?n legal. Se difunde el terror, tal como aspiran sus ejecutores, y no los mecanismos legales de punici?n que tutelan la vida democr?tica. .
Estas reflexiones resultan de un antecedente reciente producido en los Estados Unidos y que nos hizo conocer un distinguido abogado, el Dr. Federico Laprida.

Richard Reid fue detenido cuando, al abordar una aeronave, se constat? que hab?a ocultado un explosivo que pretend?a hacer estallar tan pronto aquella levantara vuelo y ocasionara la muerte de sus pasajeros y tripulantes.
Fue sometido a juicio y declarado culpable. El juez William Young, antes de dictar la condena, le pregunt? a Reid si ten?a algo que decir. En forma desafiante reconoci? los hechos y proclam? su lealtad hacia Osama ben Laden y a?adi? que no deb?a disculparse por sus actos porque ?l estaba en guerra con su pa?s.

El juez, cumpliendo con la formalidad procesal, hizo saber a Reid que, conforme a la ley, lo condenaba a 110 a?os de prisi?n y al pago de una multa de dos millones de d?lares. Una condena de por vida.
Apart?ndose de las formas, y para explicar la magnitud de la condena, el juez se dirigi? a Reid y le dijo: "Esta es la sentencia que mandan nuestras leyes. Es justa y razonable. D?jeme explicar esto. No le tenemos miedo a usted o a cualquier conspirador terrorista. Aqu? se habl? de guerra, pero le digo, con respeto, que en esta Corte tratamos a las personas como personas y nos interesamos por las personas porque, como seres humanos, nos interesa la justicia. Usted no es un combatiente enemigo. Usted es un terrorista, no un soldado en una guerra. Llamarlo "soldado" es darle un t?tulo que no tiene. Usted es terrorista y nosotros no negociamos con terroristas. No tratamos con terroristas sino que los perseguimos uno por uno y los traemos a la justicia. Hablar de guerra est? fuera de lugar en esta Corte.

Usted es un joven robusto, pero no es un guerrero. Usted es un criminal culpable de m?ltiples intentos de asesinato. Lo que su h?bil defensor indag? y lo que trato honestamente de saber es por qu? usted hizo algo tan horrendo. Escuch? respetuosamente lo que tuvo que decir. Le pido que busque en su coraz?n y se pregunte qu? clase de insondable odio lo condujo a usted a hacer lo que hizo. Tengo una respuesta para usted que puede no satisfacerle. Me parece que usted odia una cosa preciosa. Usted odia nuestra libertad, nuestra libertad individual, nuestra libertad para vivir como elegimos, a creer o no creer como individualmente elegimos. En esta sociedad, los vientos llevan la libertad a todas partes.
Porque priorizamos tanto la liberta individual es que usted est? aqu? en esta Corte. Para que todos puedan ver que la justicia es administrada justamente y seg?n la ley. Porque existe esa libertad, sus abogados pudieron esforzarse en su defensa, y teniendo apelaciones que presentar continuar?n en su defensa. Porque todos sabemos que la forma en que lo tratamos es la medida de nuestras propias libertades. Pero no se equivoque. En verdad, soportaremos cualquier carga y pagaremos cualquier precio para preservar nuestra libertad. Observe bien a esta Corte. El mundo no va a recordar lo que usted o yo digamos. Ma?ana ser? olvidado. Pero la libertad y este sistema perdurar?n. En esta Corte y en todas las cortes del pa?s, la gente se reunir? para ver que la justicia, la justicia y no la guerra, est? siendo realizada. El gobierno tendr? que acudir a los tribunales y presentar evidencias sobre qu? casos pueden ser juzgados, y los jurados y ciudadanos se reunir?n para juzgar la evidencia democr?ticamente, para moldear y dar forma a nuestro sentido de justicia. ?Ve esa bandera, se?or Reid? Es la bandera de nuestro pa?s. Esa bandera continuar? flameando despu?s que todo esto sea olvidado. Esta bandera representa la libertad. Usted sabe que siempre ser? as?. Oficial, retire al condenado de la Corte".

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