(del Diario Granma) - por FIDEL VASCÓS GONZÁLEZ
El Banco Mundial acaba de publicar las estadísticas del Producto Interno Bruto (PIB) y de la población del mundo para al año 2003. Según este indicador económico, la producción total del planeta alcanzó algo más de 36 millones de millones de dólares USA, o sea, 36 billones (36 seguido de doce ceros). Hay siete países con un PIB superior al billón de USD. EE.UU. encabeza la lista con 10,9 billones, seguido de Japón (4,3); Alemania (2,4); Reino Unido (1,8); Francia (1,7); Italia (1,5) y China (1,4).
Por grupo de países y regiones la Unión Monetaria Europea registró 8,2 billones de USD; Asia y Pacífico 2,8; América Latina y el Caribe 1,7. La región de menor producción es África Subsahariana, que apenas rebasa los 400 000 millones de USD.
En cuanto a la población, los países punteros son China, con 1 288 millones de habitantes, y la India, con 1 065 millones. Hay otros 9 países que superan los 100 millones de habitantes: EE.UU. con 291 millones; Indonesia (215); Brasil (177); Paquistán (148); Rusia (143); Bangladesh (138); Nigeria (136); Japón (127); y México (103). De los 208 países listados por el Banco Mundial, los de menor población resultan: Palau, con 20 000 habitantes; San Marino (28 000); Mónaco (32 000); y Liechtenstein (33 000).
En los países de la Unión Monetaria Europea viven 306 millones de personas; en la región Asia y Pacífico 3 279 millones; en América Latina y el Caribe 534 millones; en África Subsahariana 703 millones.
Con el análisis de estas cifras se comprueba la gran disparidad económica que existe en el mundo de hoy. Es el resultado de siglos de explotación capitalista, sistema que no promueve la convergencia en el nivel de vida de los pueblos, sino que, al contrario, los diferencia cada vez más.
Los siete países que constituyen el llamado G-7 (EE.UU., Canadá, Alemania,
Reino Unido, Francia, Italia y Japón) abarcan, de conjunto, el 11% de la población del planeta; sin embargo, producen el 65% del PIB mundial. El resto del mundo (el 89% de la población total) produce el 35% del PIB. La mayor disparidad se registra en Asia y el Pacífico, que con el 52% de la población mundial, es responsable de solo el 8% del PIB. África Subsahariana, con el 11% de la población del mundo, solo participa con el 1% del PIB, que representa el menor aporte a la producción planetaria. América Latina y el Caribe, con el 9% de la población, participa con el 5% del producto total.
La actual globalización neoliberal tiende a continuar incrementando estas diferencias entre ricos y pobres. Uno de los principales factores que promueve el desarrollo económico de los países son las Inversiones Extranjeras Directas (IED). Pues bien, el flujo de las IED se concentra precisamente en las regiones más ricas del planeta. En el año 2000, el flujo neto de IED en el mundo alcanzó 1,5 billones de USD. El 82% de ese monto se repartió entre los países desarrollados, dejando el 18% restante para los países subdesarrollados. África, la región más necesitada de capitales para el desarrollo, recibió menos del 1% del total de IED.
Mientras se imponga el neoliberalismo en el mundo, no habrá esperanzas para
desarrollar los pueblos pobres del planeta. Se necesita un cambio radical de las concepciones económicas y éticas actualmente promovidas por los poderosos para lograr que un mundo mejor sea posible.
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