El número de muertes a causa del desastre del pasado 26 de diciembre en el sudeste asiático ascendió hoy a 294.000 al continuar las labores de búsqueda en Indonesia donde son miles los desparecidos.
La cifra total de fallecidos en esa nación se elevó a 240.774 luego de que fueran hallados más de mil 800 cadáveres, aunque aún de cerca de 130.000 personas se desconoce su paradero.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad se han enterrado hasta el momento 113.000 cuerpos.
Indonesia comenzó las labores de reconstrucción, en tanto la Organización Mundial de la Salud recomendó mantener la alerta ante la posibilidad del surgimiento de epidemias.
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo creará de forma paulatina más de 300.000 empleos para los damnificados en la región de la provincia indonesia de Aceh, que trabajarán en la limpieza de la zona más afectada por la catástrofe.
En este país permanecen brigadas humanitarias de diferentes agencias de Naciones Unidas que colaboran con la ayuda a los sobrevivientes.
Las autoridades se proponen como tarea inmediata la rehabilitación de las carreteras para poder llegar a las áreas todavía inaccesibles y la creación de asentamientos para los casi 430 mil desplazados.
En Sri Lanka, la segunda nación más afectada, confirmaron un balance de 30.957 fallecidos, mientras que cerca de 5.600 permanecen desaparecidos.
La India reporta 10.749 muertos, que incluyen a 5.640 desaparecidos que dan por víctimas fatales.
El cataclismo del 26 de diciembre devastó 12 países de la región sur de Asia y movilizó la operación humanitaria más grande organizada por la ONU.
Desde los primeros momentos directivos de la máxima entidad y más de 50 organizaciones no gubernamentales se trasladaron hacia la región para iniciar las labores de búsqueda y rescate.
Además realizaron un llamamiento a los países desarrollados a ofrecer donaciones para las labores de identificación de los cadáveres, creación de campos de refugiados, atención y protección a más de 1,5 millones de niños que quedaron huérfanos.
Los países de la región del Indico acordaron impulsar un sistema de alerta de tsunamis para prevenir sucesos como este en el futuro. El plan demorará unos 18 meses y será similar a otros existentes como el del Pacífico.
La cifra total de fallecidos en esa nación se elevó a 240.774 luego de que fueran hallados más de mil 800 cadáveres, aunque aún de cerca de 130.000 personas se desconoce su paradero.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad se han enterrado hasta el momento 113.000 cuerpos.
Indonesia comenzó las labores de reconstrucción, en tanto la Organización Mundial de la Salud recomendó mantener la alerta ante la posibilidad del surgimiento de epidemias.
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo creará de forma paulatina más de 300.000 empleos para los damnificados en la región de la provincia indonesia de Aceh, que trabajarán en la limpieza de la zona más afectada por la catástrofe.
En este país permanecen brigadas humanitarias de diferentes agencias de Naciones Unidas que colaboran con la ayuda a los sobrevivientes.
Las autoridades se proponen como tarea inmediata la rehabilitación de las carreteras para poder llegar a las áreas todavía inaccesibles y la creación de asentamientos para los casi 430 mil desplazados.
En Sri Lanka, la segunda nación más afectada, confirmaron un balance de 30.957 fallecidos, mientras que cerca de 5.600 permanecen desaparecidos.
La India reporta 10.749 muertos, que incluyen a 5.640 desaparecidos que dan por víctimas fatales.
El cataclismo del 26 de diciembre devastó 12 países de la región sur de Asia y movilizó la operación humanitaria más grande organizada por la ONU.
Desde los primeros momentos directivos de la máxima entidad y más de 50 organizaciones no gubernamentales se trasladaron hacia la región para iniciar las labores de búsqueda y rescate.
Además realizaron un llamamiento a los países desarrollados a ofrecer donaciones para las labores de identificación de los cadáveres, creación de campos de refugiados, atención y protección a más de 1,5 millones de niños que quedaron huérfanos.
Los países de la región del Indico acordaron impulsar un sistema de alerta de tsunamis para prevenir sucesos como este en el futuro. El plan demorará unos 18 meses y será similar a otros existentes como el del Pacífico.
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